Al igual que una foto retocada se hace más agradable a la vista, un audio editado nos deja una mejor sensación auditiva.
A lo largo de mis 14 años editando podcasts me las he visto de todos los colores y hay cosas que son de esculpir en piedra. Una es que la mejor edición es la que no se nota y otra que un audio mal editado se carga el mejor de los contenidos.
Cuando editamos tenemos que tener en cuenta cosas tan básicas como el volumen. Los podcasts se escuchan con auriculares, por la calle, tenemos que conseguir que la persona pueda tener al lado una obra, tráfico de ciudad, el sonido del metro o el viento del bosque y que consiga escuchar los podcasts que hemos editado.
El volumen
Cuando hablo del volumen me refiero a varias cosas, los LUFS del podcast (del que os he hablado en otro post), las voces niveladas para que todas suenen en una misma franja de volumen y no haya una persona gritona y otra que hable muy bajito. Y la música que pongamos, tanto los colchones sonoros cómo las ráfagas y sintonías que lancemos.
¡No queremos matar a nadie de un infarto cuando suena la música de la sección de noticias!
La edición y montaje
Marian Rojas Estapé, es una excelente profesional con unos contenidos increíbles, pero estoy orgullosamente seguro, que la edición del audio hace que su podcast sea un grandísimo podcast que ha estado en el TOP1 de Spotify por meses y diría casi ya, más de un año.
Melodías suaves, que ayudan a dar respiro a toda la información que nos da Marian Rojas Estapé en su podcast Original de Spotify. La edición es clave.
Bodas icónicas, de El Cañonazo para Vanity Fair, en el que fui el encargado de la edición del audio, también es un gran ejemplo. Tenemos muchos elementos, una narradora, actores interpretando mini escenas, invitados que aparecen para dar su opinión, melodías de fondo y música que abre y cierra temas.
Todo este ensamble de audios, bien puestos, en su justo volumen, en el orden adecuado y con la música «que te pide el cuerpo», hacen que los episodios de las historias de Raquel Piñeiro sean maravillosas para escuchar con una bolsa de pipas delante.
En alguna ocasión hablando con colegas de la comunidad me han dicho que es mejor no editar porque queda natural. No puedo estar más en desacuerdo. Os aseguro que hemos tenido invitados que piensan que hablan de manera fluida al escuchar la entrevista que se les hizo. Entrevista en la que se ha cortado, todas las dudas, las coletillas, los emmm, las ammm, las respiraciones por no estar acostumbrado a hablar tanto rato.
La edición del podcast hace que parezca que hablas mejor de lo que hablas. Y eso al oído del oyente le gusta. Porque cuando alguien tiene una coletilla o un sonido repetitivo, inconscientemente el cerebro se va ahí, y sacamos un contador como si fuésemos un programa de humor de la tele, para contar cuantas veces nos tenemos que «tomar un chupito».
Hay que editar, no tiene más discusión el tema.
Habrá gente que hable super bien, porque lleva años en esto de la comunicación, pues a esas personas se les editará menos emms y amms, pero siempre hay que revisar y editar todo.
Editando podemos añadir pausas dónde no las había, dejar un respiro para destacar una frase que dijo alguien pero no supo apreciar sus propias palabras. La edición ayuda a que todo se convierta en arte auditivo, que todo tenga un ritmo y un sentido mejorado al bruto de la grabación original.
Grabación en multipista
Soy muy fan de las grabaciones multipista, en especial online, ya que NADIE NUNCA se pisa al hablar, todo el mundo sabe cuando tiene que responder y se responde sin dudar. Por si no lo habéis pillado, estoy hablando de la edición de nuevo. Ya que esto en la vida real nunca ocurre, inevitablemente los humanos interrumpimos y nos pisamos en mayor o menor medida. Pues con la edición eso no sucede.
Mi recomendación es que siempre se edite el audio, lleva mucho tiempo y necesita ciertos conocimientos, si. Pero es importante y si no te ves capaz de tener la paciencia que este arte requiere siempre puedes contratar los servicios de alguien que se dedique a ello (conozco un tal Sunne).
Pero nunca os dejéis llevar por los falsos directos, por los autoduck que suben y bajan la música de manera automática, por «ser naturales» en bruto, ya que la mejor naturalidad es la que está editada y vuelvo al primer ejemplo. Cómo sucede en las fotos.
Una foto al natural no atrae tanto, pero si le retocamos los colores, la perfilamos, la mejoramos, queda una foto magnífica, es lo mismo que sucede con el audio.
El mensaje que quiero que te lleves
Un mal audio estropea el mejor de los podcasts y una excelente edición consigue que un podcast mediocre tenga escuchantes que no apaguen su reproductor y terminen de escucharlo. Y por supuesto, una buena edición de audio, ayuda a que un muy buen podcast se convierta en una experiencia muy agradable de escuchar y que repitan.
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